jueves, 5 de febrero de 2015
Era yo
Ella rompió las reglas, la continuidad de la rutina, la estabilidad.
El buen humor y la confianza creada.
Ahora es ella la que no confía, la que a veces no duerme en la noche, quedándose sumida en un sueño real, más dura que una pesadilla.
Su corazón le dice a veces que pare ya, o la desmesura de sus palpitaciones le provocará desequilibrarse aún más.
Y vuelves a desear estar con él porque sabes que es de la única forma de que la tormenta pare. Aunque a él también le hace pagar a veces su malestar.
Ese que ella misma provoca y ahora no sabe como deshacerse de él.
El miedo ahora la persigue por primera vez sin advertirle de cuando la dejará ir, sin saber cuando volverá la estabilidad, la rutina y la continuidad sin enturbiarle más noches en vela.
Ella no se reconocía, las lágrimas que derramaba no las entendía, y el miedo ahora que no perdonaba.
No se encontraba como antes en los espejos o en los ojos de él reflejada. No sabía que pasaba y donde había quedado el pasado que construyó con amor.
No se reconocía, no me reconocía. Era yo.
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