miércoles, 28 de enero de 2015

Soledad

A veces lo tienes todo.
Los mejores amigos del mundo.
Un trabajo.
Una pareja.
Tienes tiempo para ti y tus aficiones.
Te gusta viajar, tocar la guitarra, pintar, escribir...
Intentas interesarte por la política, por la cultura, por la vida.
Te gusta disfrutar de un paseo en soledad observando y valorando cada primicia que te encuentras por el camino.

Eres bastante tolerante, respetuoso, comprensivo, sabes escuchar y sabes cuando tienes que hablar o a quien.

Pueden confiar en ti, y lo hacen.
Sueles ser un buen anfitrión y se te dan bien cocinar.

Te gusta ser apasionado, y amas, y cuando amas, difícilmente alguien puede hacerlo a tu nivel.
Dar los besos con tanta intensidad o atraer tanto o más, consiguiendo cada momento aquello que quieres.

Has estado en no se cuantos países.
Haces un trabajo que realmente te gusta, y tienes el dinero suficiente para llevarlo bien.
Tienes unos amigos que estés donde estés te apoyan, te quieren, y siguen confiando y contando contigo como si estuviéramos juntos tomándonos un café.

Tienes una pareja encantadora, se preocupa por ti, te da todo lo que quieres recibir y nunca se queja por nada. Te tiene como una prioridad.

Todo esto te tiene en una posición que es bastante rica en todos los sentidos, al menos espiritual.
Pero sin embargo, lleva ese jodido día gris que todo lo jode, y lo que era blanco ahora lo ves negro, en lo que todo eso se va a tomar por culo por el pozo y te quedas solo tú, solo tú y esos jodidos pensamientos que no están de acuerdo con nada.

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