Sus ojos están apagados.
Sí apagados.
Nunca noté que el amor se desprendiese de ellos, nunca noté que estuviera enamorada, ni siquiera que albergase amor en su interior.
Pero si noto el desamor que producen. La soledad. La incomprensión.
Se acabó. Nunca vi el principio de amor en sus ojos, pero si está claro que este es el final.
No sé que se esconde en sus pensamientos, ni que decidirá hacer en un futuro, ni siquiera sé si se ha planteado ser feliz por un instante. Ignorar su exterior y centrarse en las cosas que realmente quiere. No, creo que no se lo ha planteado.
Creo que está tan adherida a su vida rutinaria que ha construido durante tantos años, que le da miedo pensar que todo se puede derrumbar cualquier día.
Miedo...solo es miedo. Si descubriera que enfrentarse al miedo es mucho mejor y factible que aguantar la presión de todo esto, lo haría sin dudar.
Pero el ser humano está condenado a la duda, al miedo a equivocarnos, a no ser felices (aún cuando no lo semos).
No sé que quieres realmente, ni de que modo eres feliz, puesto que nunca te he visto feliz realmente.
No sé cual sería tu mejor solución a todo esto..
Solo espero que algún día antes de tu muerte, puedas decirte a ti misma: soy feliz.
He conseguido algo de lo que me gusta en la vida, mi alma descansará en paz.
¿Alguna vez te has planteado ser feliz?
Tengo miedo a ser como tú
