viernes, 7 de agosto de 2015

No apto para menores

Habla tu camiseta, cuando se te eriza la piel, llegando a ruborizarte los pezones.
Los dedos de tus manos, cuando te me acercas y delicadamente tiemblan cuando me tocan.
El vaso, que vacío de vino, llena poco a poco los impulsos que los vicios ocultos esconden tras las razones.
Hablan tus deseos, cuando se despiertan y se acercan con celo a mis voluptuosidades.
Tu cama, que vacía sexo me dice en sueños que cuando voy a su encuentro.
Tus besos, que a medida que aumentan en el tiempo suenan agitados de placer.
Tu pene, que erecto, me encuentro cuando deslizo mi mano hasta su nacimiento.
Tus botones, que haciéndose los duros me dificultan desabrocharlos.
Cuando los míos, sin apenas pensarlo ya no estaban en mi cuerpo.
Tus manos, pareciendo conocerse el recorrido de mi cuerpo se movían como un pez en el lago.
Atrapándome en tus manos a la distancia exacta para penetrar.
Rompiendo todos mis secretos en un momento. Dejamos de pensar y de ser cuerdos.
El impulso animal iba ganando el juego.
Mi cara se expresaba totalmente diferente, reflejando placer solamente.
Mis manos, sin yo controlarlo te agarraban fuerte, pidiendo que siguieras así eternamente.
Un festín de gemidos se nos habían unido.
Siendo cada vez más fuertes.
Agarándonos ferozmente.
Arañándonos los dos.
Nos fuimos. Follando.