jueves, 10 de junio de 2010

Gracias

Me adueñé de las más absurdas esperanzas. Pero pronto las desalojé de mi interior.
Caí y levanté cuantas numerosas veces hizo falta en aquel desagradable momento.

Hoy sigo aquí, de pie, con el escudo a cuestas y la mirada huidiza por si te ve.
Pensé que jamás me derrotastes porque nunca vi tu espada quebrar mi vientre ni mi pecho.

Pero hoy me he dado cuenta de que si me derrotastes..tanto que rompiste en dos mi alma, y para ello no hay espada que valga sino corazón en mano. Aquel que yo te entregué durante tanto tiempo y te arrebaté cuando empezaste a desgranarlo.

Creí que lo hice a tiempo, pero no, te dio tiempo de arrancar partes de mí que ignoré que harías. Me arrebataste la bondad, el amor, la comprensión,el cariño, la humildad..

Cosas que anhelo y que busco encontrar cada día en mi interior, pero no las encuentro.
Por más que mire una y otra vez el saco está vacío de dichos elementos.

Odio odiar, y odio arrepentirme de vivencias pasadas, porque al fin y al cabo es lo que somos, una reconstrucción de nuestro pasado. ¿Pero qué me hiciste?

Ciega..de no haber visto con suficiente nitidez la realidad.

Dolida, por poner mi lanza siempre en hombres que saben esquivarlas.

Gracias, abrirme los ojos aunque fuera demasiado tarde.