SI YO FUERA HOMBRE

Si yo fuera hombre quisiera tener sentido del humor, del amor también. Trataría a todo el mundo con un respeto admirable. Daría mi corazón al que pasara por mi lado en cada momento. Tendría brillo en los ojos de ilusión. Ayudaría a todo el que lo necesitase y abriría mi cama a quien quisiera cobijarse y nunca follaría, siempre haría el amor.

Si yo fuera hombre lloraría cuando lo necesitase y el orgullo lo tiraría por el váter.

No sería un macho, sería humano.

Si yo fuera hombre no tendría duda alguna de que elegiría ser como tú.

RECAÍ

Recaí. El mono me pudo en tiempos de guerra y volví a consumirte. Puede que fueran dos veces en dos años. Pero como dicen en psicología, el refuerzo intermitente es el más difícil de eliminar. Siempre aparecía en el momento exacto en que sabía que iba a tomar, aprovechándose de mi debilidad. Me daban igual las consecuencias, el contexto, el mono de después. Porque de todas formas estaría lejos de la sustancia, suficiente tiempo como para volverme a curar. Cuando yo iba a desaparecer, aparecía con poco intervalo de antelación, como si tuviera miedo de que lo olvidara, o para querer dejarme marcada siempre. Al menos una vez por año. Rompiendo con la lealtad de mí misma, y él, por su lado, siendo infiel.

Como si siguiéramos teniendo poderes el uno sobre el otro. Y entonces, recaigo. Recaemos, pero lo siento, no me arrepiento si sé que ya no dueles. Volviéndose el mono de ti inexistente, ya solo lo hago por puro vicio.

DEJASTE DEMASIADO

No recogiste todas las cosas de mi casa como dijiste.

Has olvidado demasiadas cosas.

Al acostarme, el colchón tenía impregnado tu aroma.-no te lo has llevado.

Masturbarme era solo la forma de pensar en cuando lo hacíamos juntos.

He ido a lavarme los dientes y ahí estaba tu cepillo.-no te lo has llevado, y mirando en el espejo, tu recuerdo salió agarrándome por la cintura, como si estuvieras ahí de nuevo esa mañana conmigo.

He ido a tirar la basura y estaba allí tu botellín de cerveza, impregnado de tus labios y las cenizas de tus cigarros que se consumieron como nosotros.

He ido a comer y había notas de cariño tuyas en el frigorífico.

Y tu fantasma aparecía una y otra vez por mi casa recordándome hechos.

Fue tan corto y se nos hizo largo, qué no hicimos bien?.

Queremos vivirlo todo tan deprisa que no nos da tiempo.

Y a esto que tiro al suelo tu cepillo, mis sábanas, y todas las cosas que me recuerdan a ti, y me agarro del pelo, por si así pudiera sacarte de mi cabeza, pero no lo consigo. Llorando abatida en el suelo me pregunto que por qué nos perdimos, y espero que vuelvas hoy otra vez, con tus cosas, que te prometo que te haré de nuevo sitio.

A mi futuro hijo

- Te pido que te salves de las barreras morales que te impondrán aquellos seres humanos que tienen miedo de vivir libres.
- Te pido que te salves de las injusticias. Nunca ayudes a promoverlas, defiéndelas en cualquier caso.
- Te pido que ames la vida y todas sus cosas, aprecies cada olor, cada sabor, cada pizca de vida. Ames el agua, las plantas, los animales y las personas. Aprecia la belleza de una flor, la sinceridad de una mirada.
- Tiende tu mano a quien la necesite, tómate una cerveza con quien quiera hablar, aprende a escuchar.
- Sálvate de las negativas emociones que a veces sin querer te atrapan y sólo te empujan a que sufras.
-Sálvate de los amores tóxicos, pero enamórate enteramente de los sanos.
- Entrégate sin miedo cuando quieras a alguien, el amor es ilimitado. Es mejor descubrirlo, aunque luego sufras que nunca vivirlo.
-Lucha por hacer aquello que te gusta en la vida, da igual que los demás te limiten a hacerlo. Es normal que haya gente que no crea en ellos mismos o en sus sueños, pero tú, nunca dejes de soñar y busca la manera de hacerlos realidad siempre.
Todo es posible con deseos y esfuerzos por conseguirlo.
- A ti, mi querido hijo, solo te pido eso, que te salves de esas cosas perjudiciales y te sumerjas en las maravillosas. Dirígete siempre hacia éstas últimas. Si lo haces, si sigues mi receta, te prometo que serás feliz.