miércoles, 17 de noviembre de 2010

Temblando

Tengo escalofríos, y estoy en mi cuarto, tapada con el edredón de plumas con su correpsondiente sábana de pelitos, el correspondiente pijama. Mi ventana está cerrada, la persiana echada, no entiendo nada...tengo los pies como cubitos de hielo.

Puedo no querer entender pero en realidad si entiendo.
Seducción. Existen múltiples formas de insinuación y flirteo con aquella persona del sexo opuesto o del mismo sexo con el que sientes atracción.

Un tipo de flirteo puede corresponderse con aquella persona con la que tienes demasiada confianza, y cualquier cosa entre vosotros ninguno lo interpretará como un gesto que va más allá del cariño ni del amor, queda entre vosotros, como un simple tonteo, sin llegar más lejos.

El segundo puede ser aquel que se realiza por entretenimiento, por diversión, alguien que acabas de conocer una noche y con el que te apetece pasar un buen rato, y por qué no, levantar ese autoestima y reforzarlo al saber que eres atractivo para alguien, siempre y cuando, procuramos ser razonables en lo que buscamos.

El tercero es aquel que sientes cuando de verdad te sientes bastante atraído por esa persona y con la que no te importaría, sino que te encantaría compartir parte de tu vida con esa persona. Es decir, con aquella con la que mantendrías una relación, por tanto este juego de seducciones se haría largo (cuanto más mejor, puesto que estos momentos muchas veces suelen ser mucho mejor que las relaciones).

Y por último, y le cedo este lugar porque lo he querido así, y porque es la que me ha provocado temblores inesperados.

Sí, tú, ese que me hace no poder dejar de perderle la vista un instante, ese que hace que a cada segundo, a cada instante, permanezca inmóvil, con el rostro de niña ensoñadora, como aquella niña pequeña que vive inmersa en un mundo de fantasía, fascinada con todas aquellas cosas que va descubriendo en el mundo. Así me haces sentir, como aquella niña que observa algo nuevo, aún inalcanzable y con quien puedo seducir, pero la seducción es totalmente diferente a las anteriores, es una forma de seducción sutil, no se exterioriza ni se aprecia desde fuera, pero entre los dos, con nuestras miradas, sabemos que los dos deseamos besarnos y no parar de mirarnos todo el tiempo necesario.
A diferencia de los anteriores, no sé que quiero de tí, ni siquiera tengo suficientes datos de tí como para sentir algo. Pero es inevitable, me estremeces, me produces escalofríos, ganas de verte durante horas y horas y no dejar de hablar contigo nunca, pero el nunca retorna a la realidad, convirtiéndose en perderte durante un tiempo, quedándome a la espera de volverte a ver, esperando que pronto.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Y no. Definitivamente no estoy echa para amar.
Corroboro que lo he intentado, no me he rendido fácilmente, pero no sirvo.
Supongo que como en una profesión, todos podemos aprender a realizarla, pero siempre habrá personas que sepan realizarla bien y otras no, bien por motivación o por otros aspectos que desconozco.
El caso es que yo no sirvo para amar, nunca conseguí aprender a amar, y ya se me pasa el plazo para aprender a hacerlo. Más bien, estoy en una época en la que tampoco me apetece aprender a hacerlo ,ya que ello ma cerraría todas las puertas que actualmente puedo tener abierta.

Me encanta la sensación de poder estar abrazada a cualquiera que te apetezca abrazar porque sabes que de esos brazos realmente se esconde un gran cariño, no es un abrazo superficial de los millones que te pueden dar en la vida.
Me encantan los besos en la boca que se dan sin tapujos y que simplemente transmiten el amor que le tienes a esa persona, y no amor del que todos pensamos no, amor del interior del alma, del que se percibe, de aquellas personas que no deshecharías nunca de tu vida porque forman parte de ella. Sabes que nunca te casarás con esas personas, ni por supuesto, tendrás hijos de ellos, pero lo que no dudas es que son enteramente especiales, que forman pedacitos de ti, que conforman tu personalidad al igual que irremediablemente también lo hacen tus padres.

Hace mucho tiempo que me privé de amar, me privé por el daño que temía que me hicieran, me privé por no sentirme débil y vulnerable como me sentí antaño.

Pero antaño quedó allí, lejos del presente y de mi actual vida. Porque no sé que pensaba ayer ni hace meses, pero hoy me he dado cuenta de la falta que me hace amar y ser amada, de lo maravilloso que es compartir amor, algo que no hiere a nadie ni hace mal a nadie, al contrario, llena de felicidad a quien lo da y quien recibe esa increíble capacidad que tiene el ser humano. Lo que pasa, que nos empeñamos en ser egoístas, en la monogamia que culturalmente se ha establecido, en perder la capacidad de mostrar afecto a todo aquel que realmente queremos, pero nos empeñamos en no poder, porque los celos son muy susceptibles, y los pensamientos que desviamos a otra persona que no sea nuestra pareja, ya lo percibimos como una amenaza, como algo que nos engañamos a reconocer, pero existe esa necesidad..lo que pasa que hasta que no se lleve a establecer abiertamente, nos negaremos de que eso ocurre, de que ninguno de nosotros tiene esa necesidad...cuando realmente deseamos poder mostrarla abiertamente.