lunes, 28 de octubre de 2013

Mañana será otro día

Me relamo los labios con suavidad
para rebañar el último sabor,
que no sabe a otra cosa que a cerveza.

Pero no relamo solo el líquido
de algún mililitro que haya quedado posado en mi boca
y esté sin beber.

Relamo los momentos que pasé bebiendo los litros
en compañía. Tu compañía.
Relamo conversaciones intensas, profundas y extensas
en las que nos desnudábamos de conciencia.

Vestidos pero indefensos,
dejábamos a la vista todas aquellas debilidades
que nunca creíamos que íbamos a mostrar.

Confundiendo aquella confesión de recuerdos
con el acercamiento íntimo
de dos corazones que inválidos se acercan,
creyendo que van a volver a amar.

Descubriendo que el alma de los corazones,
es diferente a la de la los recuerdos vulnerables,
que las horas en el parque
sirven para despejarte y cogerte un amor diferente.

Pero deja la botella vacía en el suelo
mientras ayudamos a relamernos los últimos mililitros del líquido ya caliente,
mientras nos creemos que nos amamos por un momento,

mientras el amor solo sea algo efímero que carecerá mañana de otros sentimientos.

lunes, 7 de octubre de 2013

Efímeros

Como una ola que me devuelve a la superficie de la orilla,
como el cántico de un pájaro que está feliz en un luminoso día,
como los besos que sin esquivarlos, producen altas dosis de serotonina en el cerebro,
me abro paso a contemplar la belleza efímera del brillo de tus ojos.

A contemplar sin más, tu rostro desnudo que posado está
tras un poderoso abrazo de dos cuerpos que se aman por unas horas.

A querer de verdad, sin tapujos, a la otra persona que se entrega
en un instante exacto y perfecto, que dura  lo que dura sin más,
sin complicarse en compromisos,
en el que pasará,
en el tiempo que aún nos queda por seguir vivos,
en la libertad condicional de querernos ese tiempo,
esos minutos de gloria en el que el amor se funde y es efímero,
porque sabemos que no va a durar más que eso,
y por eso te quiero ese instante hasta la última partícula de tu cuerpo.

Porque mañana, el destino será otra vez el dueño de guiar nuestros pasos,
quizás a otro cuerpo diferente y desnudo,
quizás a otra cama que guíe nuestros actos,
y nos permita amar igual
que nos amamos ayer,
igual que lo haremos mañana cuando ya no estemos juntos.