Me relamo los labios con suavidad
para rebañar el último sabor,
que no sabe a otra cosa que a cerveza.
Pero no relamo solo el líquido
de algún mililitro que haya quedado
posado en mi boca
y esté sin beber.
Relamo los momentos que pasé bebiendo
los litros
en compañía. Tu compañía.
Relamo conversaciones intensas,
profundas y extensas
en las que nos desnudábamos de
conciencia.
Vestidos pero indefensos,
dejábamos a la vista todas aquellas
debilidades
que nunca creíamos que íbamos a
mostrar.
Confundiendo aquella confesión de
recuerdos
con el acercamiento íntimo
de dos corazones que inválidos se
acercan,
creyendo que van a volver a amar.
Descubriendo que el alma de los
corazones,
es diferente a la de la los recuerdos
vulnerables,
que las horas en el parque
sirven para despejarte y cogerte un
amor diferente.
Pero deja la botella vacía en el suelo
mientras ayudamos a relamernos los
últimos mililitros del líquido ya caliente,
mientras nos creemos que nos amamos por
un momento,
mientras el amor solo sea algo efímero
que carecerá mañana de otros sentimientos.
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