miércoles, 20 de noviembre de 2013

No sé esperarte

Cálido, como la respiración de ti dormido que llega a abrigarme de calma.
Mordidos, por los pedazos de almas que robamos y nos debimos.
Pertinente, como encontrarnos los dos hambrientos en aquel momento regalándonos así el sexo que nunca sabremos si se repetirá.
Llevándonos a la deriva, como una pequeña barquita en el inmenso mar.
Meciéndonos con nuestras manos, complementándonos así el tacto que permiten nuestras pieles.
Priorizando los segundos de vernos, ante el arrepentimiento que tendríamos mañana de no haberlo hecho.
Así que muerde y bésame ya, que ahora es el momento para nuestras ansias canalizar,
comiéndote el atractivo a besos,
besándonos con los cuerpos,
mirándonos las almas, porque “ahora es el momento”.