Cálido, como la respiración
de ti dormido que llega a abrigarme de calma.
Mordidos, por los pedazos de almas que
robamos y nos debimos.
Pertinente, como encontrarnos los dos
hambrientos en aquel momento regalándonos así el sexo que nunca
sabremos si se repetirá.
Llevándonos a la deriva, como una
pequeña barquita en el inmenso mar.
Meciéndonos con nuestras manos,
complementándonos así el tacto que permiten nuestras pieles.
Priorizando los segundos de vernos,
ante el arrepentimiento que tendríamos mañana de no haberlo hecho.
Así que muerde y bésame ya, que ahora
es el momento para nuestras ansias canalizar,
comiéndote el atractivo a besos,
besándonos con los cuerpos,
mirándonos las almas, porque “ahora
es el momento”.
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