miércoles, 23 de septiembre de 2015

Hoy salí sin buscarte

Hoy salí sin buscarte y todo fue bien.
Fue bien la bebida; ni insistí ya en llamarte, ni una vez.
Ya no me comías de amargura y el sentimiento de amor se fue a otra parte.
Ni yo me lo creía.
Con tu novia te veía y ni el dolor me recomía ya.
Qué contenta estaba entonces con mi vida, sin perder el tiempo de pensarte, ni de imaginarme de nuevo que podríamos empezar una vida juntos.
Llegué a casa, y entonces, fuiste tú quién viniste a buscarme.
Un mensaje en el teléfono delataba tus ganas.
Y ahora que prestarte caso no estaba en mis planes,
ahora que interrumpías mi monotonía y la estabilidad de mis días que tanto me ha costado.
Ahora que me dejas con esta tesitura a la espalda sin evitar preguntarme por qué la vida no nos da lo que necesitamos en el momento oportuno.
Y sigo sin querer que te vayas pero ya te fuiste un día alejándome de ti.
Hiciste que no creyese que un día te enamoraste de mí.
Pero de nada sirvió que cavilara, de nada sirvió que el peso del pasado quisiera evitarme el acercamiento a ti.
-¿Te vienes a mi casa?
-Vale.- respondí como una idiota.

viernes, 11 de septiembre de 2015

La pareja perfecta

Ya hace tiempo que no creo en el amor, por eso no pierdo tiempo en escribirle.
Pasé mi vida entera dedicándole todas mis letras, hasta que un día me di cuenta de que no era real.
El hecho tan subjetivo de querer a alguien, quién lo puede demostrar.
Cómo sabes si la otra persona te quiere igual o menos que antes, o que tú.
El cruce perfecto de miradas hoy, puede ser una ruptura mañana.
Tan volátil, tan efímero, que a veces no sabes si te percataste de que lo sentiste.
Y ahora no tengo razones para creer en él.
El mundo es maravilloso, lo adoro tal y como es.
Pero el amor de pareja se ha sobrevalorado, puede ser.
El romanticismo es un invento de los americanos, el sexo sigue siendo sexo en todos lados, y los cuernos están a la orden del día.
Yo por eso, prefiero elegir la fantasía de imaginarte, de quererte, aunque la realidad sea diferente.
No me cansaré de escucharte, de verte, de follarte ni de tener que lamernos luego las heridas del desastre.
Así que querámonos fuerte en la imaginación que así seguro vamos a conseguir los dos ser la pareja perfecta.