miércoles, 26 de marzo de 2014

Cuando todo se para

Volcanizas mi serenidad con la lava que caracteriza a un volcán, pero lo tuyo se limita a ser fuego.
Agitas la tempestad de mi calma formando un gran revuelo interno.
Unas horas son suficientes para tu marea arrastre a la orilla todas mis debilidades emocionales.
Me asusta que sea tan repentino, porque puede ser igual de fugaz al marcharse.
Pero entraste de golpe, sin yo saberlo, y te quedaste, no sé cuanto tiempo.
Lo que sé es que ya no te tengo, o al menos no puedo verte.
En solo unas horas arremetiste contra mí como si de un torbellino se tratase,
en solo unos meses, es el tiempo suficiente con el que sueño volver a verte.