lunes, 13 de octubre de 2014

Sentir que no sentimientos

Era adicto a los gemidos.
A los roces de las pieles.
Al sentir físico que produce la bomba nuclear de dos cuerpos unidos.

Estaba ahí, visualizando su próxima presa de entre tantas ellas.
No necesitaba mucho, solo un cuerpo bonito, y aquel sitio estaba repleto de ellos.

Sus ojos discriminaban las que no le parecían interesadas en su juego y trataba de aproximarse poco a poco a tener el primer contacto y despertar el interés en ella.

El alcohol se iba acumulando en su cabeza, haciendo que perdiera la verguenza para el acercamiento.

Se arriesgó a la entrada y ella le siguió el juego. Con la música donde les llevara, moviendo el cuerpo a lo que les deparara.

Una canción esperaron para el primer beso, seguido de tocamientos y pasión, provocados en parte por el calentamiento que el alcohol les provocaba.

Dos cubatas más tardaron para que ella aceptara irse a su casa.
Siendo dos desconocidos en medio de un juego que a menudo fomentaban.
Y manana ya no existirían para el otro y esperarían al siguiente sábado para repetir coartada.

Siendo animales de otra raza, siendo no cuerdos dejaban llevarse y sentir, o eso pensaban.

En realidad lo que él ansiaba era sentir algo más, pero por ahora solo había eso, y buscaba en cada cuerpo lo que ELLA le hizo sentir, pero nunca lo encontraba.

Así que salía en busca de ello cada semana, esperando encontrarlo en algún momento, pero solo alcanzaba sexo sin fundamento.
As;i que esperaría ansioso la llegada de otro sábado, esperando encontrarla, pero mientras seguía siendo adicto a los gemidos, y a las caricias que le provocaban las desconocidas en su cama como forma de matar el tiempo.

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