viernes, 26 de abril de 2013

No tengo nada

No tengo nada material
con lo que rellenar tus huecos
y ataviarme a tus recuerdos.

No te escribí cartas
ni te regalé libros.
No te prometí la luna
ni que serías el único.

Sólo te regalé momentos en el espacio y tiempo.
Conversaciones, cervezas,
y algunos besos dispersos.

Tampoco de ti recibí nada,
salvo tu preciado tiempo y momentos
compartidos en tu cama.

Sabía que no era la única,
sabíamos que no éramos los únicos
ni los últimos a quienes abriríamos nuestra alma.
Ignoraré esa parte de los amantes felices que se casan.

Me quedo con tu cama, tus besos y tu mirada
en los momentos que fugazmente nos encontramos y nos entregamos,
aunque no ocupes a veces ni una mísera parte de mi semana.

Sé que estás ahí, cuando de vernos, tenemos ganas,
provocando encuentros que quizás acaben mañana,
rellenando atisbos de cariño, el fuego que no se apaga.


domingo, 21 de abril de 2013

Somos polvo

Hoy somos lo que somos hoy, porque entre ayer y mañana hemos cambiado, nunca somos iguales, nunca sentimos lo mismo.
Hoy acepto y soy algo que ni yo misma puedo explicar.
Mi rostro será mañana el mismo que hoy pero sutilmente modificado.
Cambiamos tan despacio que no somos conscientes ni podemos percibirlo.
El tiempo es el culpable de que nada permanezca en su sitio.
El tiempo es el culpable de las arrugas, del tiempo muerto que paso en mi mundo sumido de pensamientos, el tiempo es quien manda en esta vida repleta de incongruencias que compite en busca de sentido alguno.

Estamos aquí de paso, averiguando quienes somos sin terminar de descubrirlo nunca, cuando ya hemos marchado.

El tiempo es culpable de la duración de los sucesos, de las marcas y las arrugas de la piel, de las heridas internas que pueden o no estar cicatrizadas y empastadas con mejores sucesos.
Pero el tiempo pasa, los días de sol se acaban, y miles de noches la luna los acompaña, mientras tú sigues ahí, preguntándote quién eres hoy y en qué te convertirás mañana.

viernes, 19 de abril de 2013

Permanencia en las nubes

Permanentemente en las nubes.
Vuelo, aterrizo, observo por un momento lo que hay a ras del suelo, y a los pocos minutos vuelvo a subir.
Me gusta estar aquí.
Aquí solo estoy yo, sin nadie que me interponga como debo ser, como debo sentir, en qué debo creer, o qué moralidad debo seguir.

Aquí decido si odiar, si soñar, imaginar todo aquello que está prohibido en la vida real.
Pero yo en mi interior, lo vivo.

Aquí decido que la vida va tejiendo los acontecimientos que vivimos formulando así nuestro pasado.

Decido e imagino que te veo, que te toco, que tengo tu olor grabado en mi cabeza cada vez que lo elijo.

Aquí todo es permanente si yo quiero, aquí existe lo que quiero tener, imaginar, ver, sentir.
No existe lo que no pienso, lo que para mí no tiene importancia.

Así que sabiendo esto ahora entenderás por qué prefiero la permanencia en las nubes, por qué las preocupaciones no ocupan espacio suficiente en mi vida, y por qué prefiero disfrutar al día, lo poco que tenga.

Y sabiendo todo esto, tú sabrás si te mereces ocupar ese espacio de mis pensamientos permanentes en el que siempre me encuentro inmiscuida.

lunes, 1 de abril de 2013

Abril

En Abril todo es diferente.
La lluvia, que húmeda se derrama sobre el asfalto me huele a recordarte.
Llegar a mi casa sin ti es un desastre.
Los bancos vacíos me dicen que un día estuvimos ahí , aunque la lluvia haya desgastado ya nuestras huellas, que absorbidas por las gotas se habrán deslizado por las alcantarillas y derramándose en el mar, perdiéndose.

El campo también lleva tu esencia, no por nada en especial,
sino porque me recuerda a tu libertad exenta de compromisos y plagiada de preferencias,
llenando tu tiempo de hechos imprevistos ,
que, aunque sin ninguna maldad, dejaste vacío el ámbito emocional,
promoviendo encuentros y el conocimiento de otros cuerpos que no somos tú y yo.

Así que la tierra mojada me huele a ti, pero también la seca.
La seca me recuerda a las distancias impuestas creando lazos que fácilmente pierden su fuerza, deshaciéndose..

Abril es el mes donde más nos conocimos y donde perdimos todo lo que construimos,
sin saber donde se ha metido ese amor que desvanecimos,
que aún hoy no le encuentro explicación a por qué lo hicimos.

Aunque si lo sé, porque nunca estuve en tu lista de preferencias,
me dejaste compartir solo un mínimo de tu existencia,
hasta que poco a poco anulaste el tiempo para dedicarme.

Abril.
Tierra seca y mojada.
Amor contra lágrimas.
Tú y yo con vidas nada ya compartidas,
pero Abril me sigue recordando a ti.

Cáscaras de pipas

".... Así tendrás algo para acordarte de mí, en tu coche.
Aparte de las huellas de pies descalzos que dejé marcadas no recuerdo cuando, en tu cristal delantero.
Pero al final las dos desaparecerán, quedando solo en el recuerdo.
Como los dos, que no sé a que seguimos jugando; no eres mi amigo, ni mi novio, ni mi amante, no sé como considerarte, simplemente eres , y con eso es suficiente para seguir manteniéndote en mi desordenada vida,
para seguir montándome en tu coche y ver las estrellas desde allí. Para manchártelo de cáscaras de pipas que algún día te harán pensar que estuve ahí, en tu vida".