miércoles, 13 de marzo de 2013

Dormir

Es como las palabras que deseas escuchar,
pero de otra boca diferente a la que quieres.
Es como soñar con algo que crees que nunca pasará,
y que mañana sin darte cuenta sucede.

Estoy aprendiendo de tus formas,
la temperatura exacta de tu calor coporal,
el bailar de tus dedos sobre mi espalda.
Estimulando conceptos cercanos al amor pero sin alcanzarlo.
Componiendo puzzles de tu sexo que rescato a cada encuentro
gracias a los que te voy conociendo.

Tímidamente delicada,
pero aprendiste pronto a dar en la tecla exacta,
tus ojos cerrados exteriorizan una gran calma,
acompañados de la postura de tu cuerpo
que conforma las arrugas perfectas en las sábanas de tu cama,
cubriéndote con una manta las zonas concretas por donde el frío arrasa,
dejando entrever la zona más bonita de tu cuerpo,
tu pecho y tu cara.

Dejando encajar mi torso en la curva de tu espalda,
que tiene la temperatura exacta para estar agusto,
esquivándole al frío, que entre tú y él,
la batalla siempre ganas.

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