No sé donde colocar la barrera de
prohibido el paso para que en ninguno de los casos acabes queriendo
algo de mi.
No sé en que límite debo dejar la
puerta entreabierta para que tus pies no entren en mi vivienda sin mi
permiso.
No sé como avisarte de que atreverte a
acercarte tanto puede causar lesiones en tu ser.
Por saber sé, que no es la primera vez
que suena la alarma de aviso de que alguien se acerca sin previo
aviso alterando mis esquemas que suelen estar en calma, a pesar de mi
mente turbulenta.
En lo casos de amor sin embargo, tengo
la frontera tapiada, para que ni la mayor de las almas pueda
traspasarla.
Y llegas tú, creyéndote un valiente
guerrero dispuesto a derribar todos los muros sin saber que son
invencibles, pues yo los sustituyo de un modo rápido para evitar
accidentes, como encontrarme dentro a gente que no ha sido llamada.
Y sé que todo esto no lo sabes porque
nunca te lo he dicho, por no querer bloquear tus impulsos pero a mi
me resulta engorroso perpetuar esta barbarie cuando ya sé el camino.
Te topaste con él, pero no soy tu
destino.
Te crees que no noto la forma en la que
te comportas cuando te paro los pies, las veces en que lo intentas
otra vez, por si en un segundo, un atisbo de ti pudiese colarse en
mis terrenos.
Pero yo te observo y te entiendo, pero
esta no es tu parada, tan solo un espacio que compartimos en el
periodo que nos conocimos y ayudo a reconciliarte contigo mismo.
Buenas noches, bienvenido hacia delante
te espera tu camino, este solo era el periodo de descanso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario