martes, 22 de enero de 2013

Destrozo

Indiferencia,
la que en mi no dejaste,
y lo que en ti dejé.
Lo que las cuerdas vocales me dicen:
que un lejano día sentí tu piel.
y yo luchando contra éstas
evito que pronuncien tu nombre.
En mi memoria es un caso aparte,
pues la tengo bloqueada
para que no aparezcas en mi mente ni un instante.
Me reprimo el buscarte
y no hago otra cosa que no sea evitarte.
Llenaste todos los rincones
con la misma rapidez que los vaciastes,
no dejando resquicios de ti,
no dejándome tiempo ni a pensarte cuando ya te has ido,
cuando el aire que respiro a veces huele a ti,
cuando encuentro pedazos de ti por todas partes.
Hay un mundo paralelo que debe existir,
pues a tus fantasmas les dije que se alejasen.
El tiempo, con sus segundos,
me devolvió a los minutos presentes de la vida,
me dijo que no desperdiciara ni un segundo de la mía
pues tú elegistes la despedida.
Así que estos labios que te reconocían al rozarte,
y te buscaban para succionarte
se volvieron pesados y aletargados,
porque todos los que encuentra ya no tienen nada más que darme.
Todo lo que quería estaba en ti,
en tus labios, en cada uno de los poros, en tu piel,
y me has hecho que vuelva a ser yo, sola, sin tu parte,
pero ya sin suplicarte que vuelvas,
ya sin esperanzas de encontrarte a ti,
ni a lo que me diste de todo lo que te perteneciera,
pues me lo arrebataste,
y ya no hay forma de arreglar en mi corazón este maldito desastre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario