jueves, 31 de marzo de 2016

Actuación hipócrita

Espectáculo,
como la canción de Iván Ferreiro.
Actúas bien sin ser actor,
encandilas, haciendo que todo el mundo pose sus oídos y atención cada vez que dices algo.
No sé la medida de tu magnetismo,
ni ante cuantos representas también la obra.
Luego, el conocerte mejor, no existe.
Es como que si fueras sólo el papel que representas toda tu vida y no existe nada más, eso, o que hace tiempo que no le das pie a abrir tú yo, y solo vemos el actor sin serlo que encandila como si de una bomba atómica se tratara por donde quiera que pasa.
Pero luego, llega el momento de la verdad. No quiere citas íntimas, se pone nervioso.
No conoce que la vida es más que una obra, o al menos, es más real que la que él representa.
Pero le da miedo, y le huye.
No sabe la diferencia entre actuación y realidad, acción de verdad.
Viendo ya detrás de esos ojos fulgurantes una barrera impasible a poder sentir algo.
Un miedo a lo que no quiere que ocurra, y yo, ya no veo el chico que destella simpatía y magnetismo, derrochando encanto. Y yo, ya no veo ese espectáculo que veía posado ante mis ojos cada vez que él aparecía. Ahora veo el chico inocente que no sabe nada de la vida.

Sino sabe nada del amor, se pierde, la parte más maravillosa de la vida, y eso no existe en ningún guión, ni en ninguna obra de teatro. Está abajo, en el corazón, y ahí que dejarlo sentir para experimentarlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario