domingo, 22 de septiembre de 2013

Llenar la vida de vida

Llenar la vida de vida es fácil.
Solo tienes que querer vivir, disfrutar lo avenido, dejar marchar lo pasado y vivido y poner interés en todo aquello nuevo que te llega de alguna manera.

Saber obtener el placer de observar un paisaje, saborear un café, diferenciar y sentir los sonidos de una música, releer aquellas cartas que te recuerdan quien fuiste y que sentiste una vez.

Cada partícula de tu cuerpo, que sea una con el universo, que los átomos no se diferencien en la atmósfera, sintiendo como tu cuerpo realiza una comunión con el universo entero formando parte de él.

Haz todo aquello que esté en tu mano. No lo dejes para otro día, no dejes que otro lo haga por ti, pues todo lo marcado tiene su aprendizaje, su valor, el reconocimiento intrínseco de haber logrado cosas que jamás pensabas porque nunca antes intentabas.

Quiere, amáte a ti mismo, quiere a los demás pues sois afortunados de compartir el universo por un pequeño y a la vez, eterno momento de vuestras vidas que os ha tocado explorar, será más fácil si lo hacéis queriendo, si lo hacéis siendo amables, como si cada cosa que hicieseis llevase todo el empeño puesto como si fuera la cosa más importante de vuestra vida que vais a hacer, como si cada persona que conocieseis fuesen únicas e imprescindibles, porque lo son.

Así que levántate con un mejor humor cada día, aceptando que las derrotas son nuevos aprendizajes, que los miedos no tienen cabida a la hora de impedirte lograr tus sueños, que la vida solo existe esta y es tuya, está aquí, y tú solo tienes el poder de llenarla de vida, de avivarla, de quererla, de soñarla.

Así de fácil es tener que vivir, así de fácil es saber llenar la vida de vida.

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