domingo, 22 de junio de 2014

Me dejé la verGuenza olvidada

Crees que no lo noto, pero tu tímida sonrisa que intentas esconder cuando te diriges a mí no es invisible a mis sentidos. Tus manos, y me arriesgo a decir que tus párpados incluidos no pueden evitar temblar aunque quieras ocultarlo de mis ojos.
Te devuelvo la mirada, haciéndote comprender que no quiero que tengas miedo, no de mí, el único delito que podrías cometer sería robarme la inocencia con un beso, y que digo de robarme, te lor egalaría, te insto a que lo hagas.
A diferencia de ti, yo no escondo nada, al contrario, quiero que lo leas claramente, todo aquello que mis ojos me delatan.
Y no huyas con tu mirada esquiva ni un segundo de mi mensaje, pues no pararé de decírtelo con mis pestanas hasta que lo hagas, así que acércate más hasta que puedas leerlo mejor en el brillo de mis ojos y pueda sentir tu leve temblor con mis propios labios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario