viernes, 30 de julio de 2010

Indescriptible

Pensaba que ese momento nunca iba a llegar, nunca iba a poder palparlo, ni siquiera sentirlo mínimamente cerca de mí.
Pero por fin llegó, llegaron dos semanas intensas que deseaba con ansias poder vivir alguna vez, llegaron momentos de paz, de calma, de plenitud interior y un bienestar que ya no recordaba como se sentía, si es que alguna vez me he acercado a sentirlo.

Pueden seguir abarcando las dudas y quizás algunas inseguridades, pero se eliminó el miedo, aquel que me impedía acercarme al placer y a la vida.


Aquel que dentro de dos semanas volverá a perseguirme, aquel con el que tengo que luchar para poder sobrevivir y ser feliz.

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